28/06

Quietas montañas translúcidas se acercan a la imagen;
a la portadora de deseo, locura, y eterno sacrificio.
Alta presión; fiebre del amanecer y ranchos vacíos
bajo leguas de distancia subterránea; cortezas hendidas
de rojo y café, merluzas y un ruiseñor, que adornan,
repiquetean hacia la imagen.
El oasis.
Pájaros y nubes, llueven sobre los pies espejosos del
alma intrínseca, vuelo anacrónico zumbando a mis oídos
vento placer y momentánea agonía de extremo sangría.
Fosas oscuras y abiertas
invitando al monstruo, inimaginable pánico
así como desdén por admiración, y
copas de lágrimas y alegrías, y renovadas
esperanzas se elevan a su presencia.
Suave murmurar de arroyos
y gotear interminable de rojo y vino
burbujear de su intensa luz, calor endotérmico
sumergido sobre claras arenas, y rocío espeso.
Luz, manifiesto descanso compaginando por entre rayos y tormentas.
Luz, brilladora sombra del horizonte al acecho que llamas esperanza
y osos salvajes se humanizan a tus rechinantes estridencias.
Luz, y nada más que luz…
Abundantes luciérnagas revolotean en torno a la figura
que amaina, como de la pasion una mirada, la llegada del
día, renacer de seres y sonidos, pensamientos y emoción.
Luz… amanece..

28/06
19:50


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