20.03.99

Luz naciente del centro
fragancia – ondas sucesivas del
más exquisito ardor.
Brisas de calor
acompañan los polluelos
Tímida imaginación
continuo tormento, acezante,
rendido a sus pies
literalmente estrellas; observan grave
el canto, quejido,
clamor dirijo
a la más majestuosa de las princesas.
Castillo alto e impetuoso
pronta a proclamar sumisión
se desborda, cae, hechizado
por una frescura tuya, cae,
ahora son pedazos fúnebres
de lo que mi orgullo fue.
Ahí tienes, pureza, pasión,
ardor, ciega obediencia,
una canción, un beso, un cuerpo humano
no es mucho… pero
toma cuanto te agrade
¡quítamelo, llévalo contigo!


Publicado

en

,

por

Etiquetas:

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *