Una historia irreal basada en una observación real.
Voz: Lo recuerdas, querido?
Segunda voz: …
Segunda voz: Era una noche de los comienzos de verano, aunque ocasionalmente soplaban brisas refrescantes. Salía de mi casa a tomar un poco de aire. A sentir, cuando el viento era fiero, los caracoles cayendo de las hojas y reventándose contra el cemento de la vereda. A oír los ciegos rumores nocturnos, a palpar esa oscuridad un tanto derretida ante los faroles.