08.06.99

Es…
completar
con una nota cada día
la sonata larguísima.
Y confiar
en que, tras la eterna espera,
aquel himno suave y apasionado
te maravillará con cadencias inconfundibles.


Publicado

en

,

por

Etiquetas:

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *