Autor: Yongho Kim 김용호

  • 2/4.06.99

    Eres tú, perfumado pétalo que algún día encontré
    -rodeado de luz, respiraciones y palomas-
    único durazno, morderé con humo y vientos.
    Sopla, viento tormentoso del norte,
    sopla, huracán y lluvia proveniente de las montañas
    lágrimas hechas nubes, aletear asincrónico de miradas
    nubes anunciando la negra tarde, fuego derretido,
    espadachines tendidos a lo largo del llano, signo de muerte.
    Sopla tú, déjame tomar del palpitar eterno, camas revueltas
    y suspiros.
    Cuerpos moldeados uno
    y sueños
    y repentinas explosiones de rojo y verde, halagador prado entee ríos
    bosteza y sopla, maduras espigas del corral no amarrado
    quiero sentir el aire hecho hielo golpear mi pecho
    la lluvia sacudir mis pies una y otra vez
    pues, ordena tus libros; parte en dirección al vacío de
    ramas quemadas, y haz soplar
    quiero postrarme sin fuerzas, como búfalo herido, a tus pies
    pedir frutas, víveres y agua, y compasión
    besar formas sonrosadas, con desesperación fatal del pozo y veneno
    y escuchar.

  • Un jardinero más

    Eres… ¡eres una flor!
    -versos de incienso y mirra, nª310599-

    Lirios y jazmines se entremezclan bajo el estrecho atardecer. Ella camina junto a mí. Tiernos pastos son mis cómplices y ocultan todo murmullo de movimiento; de vez en cuando, el crujir de una hoja seca –rociada con la lluvia por la tarde- interrumpe la sorda música del llano. Mi llano. Todo es mío, mío. Tuyo. El llano, los aires lechosos, brisas ocultas en matorrales a orillas del río. No oigo los grillos. ¡Qué raro! Siempre estaban allí, cantando quién sabe qué tristes historias de niños devorados por dragones, rosas y princesas y amores frustrados. Y estoy, yo aquí, yo y ella, y no oigo los grillos. Es natural – creí haber oír quietas risas de sirenas, pero las sirenas no habitan ríos.

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  • 31.05.99 [eres una flor]

    Eres una flor.
    Eres flor,
    aroma penetrante,
    tulipán cual reinas
    sobre el altísimo monte
    de mi alma;
    aura purpúrea irradia tu rostro,
    abundante veneno tras belleza mortal,
    eres… ¡eres una flor!

  • 22.05.99

    Habrán momentos
    en que desees escribir poesía
    dulce delirio
    suspiros contenidos
    visiones a merced de la imaginación.

    Llegarán días
    en que no contendrás ya
    furioso grito del alma
    sollozos quejumbrosos del espíritu abandonado
    cantos del ruiseñor, por las mañanas.

    Llegarán, ojitos míos,
    y entonces sentirás,
    por primera vez,
    la dicha de ser hombre.
    Habrán seres…

  • 22.05.99

    Sí, lo confieso –
    solo deseo estrechar
    tus ojos en mis brazos
    y decirte que te amo.

  • La farmacia

    farmacia: laboratorio y tienda del farmacéutico.
    -pequeño larousse ilustrado 1992-

    Las negras sombras de los árboles avanzan en silencio. A medida camino, éstas van acortándose y avanzando hasta que los paso de largo y comienza el fenómeno contrario. No transitan muchos autos a esta hora. Son las nueve y media, tengo un poco de hambre pero voy feliz. Adoro este silencio y esta soledad; camino hechizado por el mutis de la calle, que hace unas horas bullía y gritaba, lleno de vida. Me gusta esta oscuridad mística que me rodea por todos lados. Antes de ayer divisé luna llena.

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