Categoría: castellano

  • 04/07

    Árboles verdes. Picaflor. Cielo blanco y aires luminosos. Cuánto me agradas, antigua tierra transoceánica, emanas leche y miel. Pájaros y niños corren y juguetean, corren a ver un sol tuyo, astro rojo y amarillo. Cuidadosa brisa acaricia mis pies y rostro, exprime de tí perfume y cálida atmósfera, y cantan los pájaros. Montes cubiertos de árboles, árboles y hojas verdes, esconden tu desnudez, ocultan tu hermosura al cielo opalino y nubes.
    Las nubes abren tu sol, tu sol único, irradiando mar y luna sobre niños, hombre y mujeres. Las personas cultivan tu piel, erizada, curtida, y bien nutrida, fértil retrato de los días buenos. Raíz y arroz saltan a la vista, reflejos de paz campesina y alegría y sudor diario – larga vida y bendición divina, tierra.

    04/07
    07:20

  • 04/07

    Abrásame, estrella del oeste, abrásame con noche y fuego.
    Leña húmeda eres, cálido vapor y humo desprenden tus labios.
    Los cipreses bendicen tu invención, maquinación tuya soy.
    Abrásame con brazos de vino e incienso
    con aroma embriagador y vuelo de palomas.
    Cuánto necesito ver tu sombra sobre mí, recuerdos mil durante
    taimados gritos, anhelos inextinguibles, cuánto quiero dar paisajes
    enblanquecidas, plenos de desconocido arrollo y brasa verde claro.
    Qué corto es una vida, deseo matar
    mi llanto en tus palabras de hierro y miel
    y olvidar tus ojos, que eres bellísima,
    en el balde fermentado que me ofrezcas – tu abrazo de noche y fuego.

    04/07
    21:55

  • 01/07

    Melancólicas saetas se deslizan a ojos cerrados. Sonríe.
    Fríos, mecánicos movimientos, rostros endurecidos por penurias, desengaños, sueños perdidos.
    Lúgubres pasos rebotando entre gruesas paredes, voces oficiosas. Sonríe.
    Miradas rojas por excesos por la mañana, aliento a vid reconcentrado,
    oscuridad… y desesperante repetición.
    Repentina blancura; haz hechizadora de líquenes y calamares,
    sonríeme, totales lanzas mortales y brillantes que caen del cielo negro.
    Sonríeme, rebobina y deja fluir
    del balar paradisíaco de rebaño inmaculado, suave delirar
    y resbalar entre acuosos juncos – caracoles y anguilas.
    Mar. Fiero y oleadizo mar, átomos de aire explotando entre
    salvajes brazos salados, sonríe, y brama la mar.
    Inesperado diluvio abrasador, sobre el antes apacible arrollo,
    escondido tras la magia del bosque. Diluvio; mezcla confusa
    de sal y dulce tranquilo, sonríeme, incontrolables
    caballos lanzados contra un llano llamado alegría.
    Tu mirada. Sonrisa.

    01/07
    11:35

  • 01/07 [Amanece]

    Negro
    puntos brillantes
    brisa helada
    bóveda, deseo celeste y metamorfosis.

    Meta de invierno
    cambiante tono; opacidad anulada
    café marrón
    inocentes melenas flamean.

    Imperiosa necesidad de una visión
    gris
    matices exaltadas; manchas coloras pasando de improviso
    de vino tinto rebosa mi copa.

    Paisaje exuberante desnudándose en la luz
    suspiros y bostezos de perezosa humanidad
    horas de renacimiento físico, cantan las aves
    penetran la ventana – mía también
    amanece.

    01/07
    13:15

  • 01.07.99 [Rachmaninoff]

    Agitador concierto, ya lo esperaba. Rachmaninoff.
    Calla tú, y oye por aguas salpicadas en sangre y temblores que derrumban.
    Calla, y oye en medio de panteras escapando de la calamidad inminente y desvelos diurnos.
    Se hablará para esa lágrima que derramares, trizado el espíritu.
    Llano cielo y océano con furor porque no hay miradas hoy.
    Llueve entre crepúsculos dos, cae ríos de movimientos mal entendidos
    y llamas azules, rocío en flores y derramamiento de sudor y brasas.
    Escucha. Roca fuerte, metálica, de tamaños ciclópeos; cayendo
    y rodando, dando tumbos por esta escalera sin comienzo ni fin.
    Nubes – desconocidos culpables de lágrimas divinas – escuchad,
    celebrad el rito del fuego, el aspa desprendido de tu molino,
    desprendido a fuerza de canto y sollozos. Celebrad el sacrificio del
    desierto único, la sierra abandonada, donde los vientos cortan sus venas
    y las tormentas excavan un tumba. Los ríos subterráneos
    corren. Serpentean entre abrasador falta de humedad, bálsamo
    para ardillas, lagartos, tristes cactus esparcidos en las
    dunas sin horizontes. Un río corre bajo el aspavientos.
    Días y noches de tortura y cenizas fugaces.
    Rachmaninoff. Escucha.

  • Siglos pasan lejos de ti siglos de continua…

    Siglos pasan lejos de ti, siglos de continua memoria y desgarrador gemir.
    Lejos de ti, oh diosa, son sólo luces sombrías,
    zorzales profetizando un pasado gris y este momento tan negro.
    Sucede – intrínsecas ráfagas de soplos fríos, invernales, sacuden
    mis brazos y piernas, arrecia sin fin el anochecer en tinieblas
    camino entre tumbas; fuego extinguido, ojos opacos – necesito verte!

    30/06
    20:15

  • 28/06

    Quietas montañas translúcidas se acercan a la imagen;
    a la portadora de deseo, locura, y eterno sacrificio.
    Alta presión; fiebre del amanecer y ranchos vacíos
    bajo leguas de distancia subterránea; cortezas hendidas
    de rojo y café, merluzas y un ruiseñor, que adornan,
    repiquetean hacia la imagen.
    El oasis.
    Pájaros y nubes, llueven sobre los pies espejosos del
    alma intrínseca, vuelo anacrónico zumbando a mis oídos
    vento placer y momentánea agonía de extremo sangría.
    Fosas oscuras y abiertas
    invitando al monstruo, inimaginable pánico
    así como desdén por admiración, y
    copas de lágrimas y alegrías, y renovadas
    esperanzas se elevan a su presencia.
    Suave murmurar de arroyos
    y gotear interminable de rojo y vino
    burbujear de su intensa luz, calor endotérmico
    sumergido sobre claras arenas, y rocío espeso.
    Luz, manifiesto descanso compaginando por entre rayos y tormentas.
    Luz, brilladora sombra del horizonte al acecho que llamas esperanza
    y osos salvajes se humanizan a tus rechinantes estridencias.
    Luz, y nada más que luz…
    Abundantes luciérnagas revolotean en torno a la figura
    que amaina, como de la pasion una mirada, la llegada del
    día, renacer de seres y sonidos, pensamientos y emoción.
    Luz… amanece..

    28/06
    19:50

  • 28/06

    Cántame, ciervo mío, desde lo más recóndito de mi alma.
    Cántame, y haz llover sobre mí lirios y olas de suspiros,
    vientos floreciendo al compás del amanecer
    suaves sonrisas, cántame, flor entre flores.

    Nada escondas, abre tus labios, descubre mi herida,
    vibra en lo más alto entre cielos y liras, alegra las
    nubes y brisas entre cunas de niños y poetas; crea
    leyendas, iré a buscar tu tesoro, si llueves y relampagueas,
    enciendes la chispa perdida en mis ojos.

    Torrenciales son tras la cortina purpúrea, mumullo de voces
    y carcajadas discretas, y respiración agitada. Canta los amores
    de Hermes y Afrodita, contadme historias de príncipes y
    náyades, lagos encantados y cielo estrecho. Renace desde
    mi interior, oh alabanza olvidada, renace y vislumbre
    agitada paz y cabalgata de peces exteriores, volcanes celestes,
    ojos, pupilas echando luz y lava.

    Cántame, háblame por las reales palabras de tu ser, del ignorado
    deseo, cálida sumisión, ardillas corriendo y comentando unos primeros
    sonidos, emociones que nos has transmitido, farol mío.
    Separa ambos labios, y devuélveme lo que te dí sin razón;
    acerca a mis ojos los tuyos, cántame por última vez – cállame.

    28/06
    20:15

  • 28.06.99

    Sentada, a mi lado
    mirabas el mar;
    de pronto me parecías tan lejana,
    indiferente..
    celoso, te reté; tú, levantando ambas miradas,
    reíste.

    Por momentos, tu risa anestesió las olas;
    el mar callaba y las gaviotas cayeron por seguir
    el sol detenido en el horizonte…

    Mientras te estrechaba con placer animal
    saboreaba en penumbras, tu vino, la respuesta:
    «¡si tan solo pensaba en ti…!»

  • 28.06.1999

    Pasado el martirio, sólo quedó melancolía
    honda depresión se esconde tras una tristeza…
    pasado el amor, nada queda;
    ni el mundo, ni tú: ¡no existo!

  • 28.06.99

    Inolvidables sales vuelan al horizonte
    gaviotas, ciervos y zorzales, encrucijados
    ante la llama devoradora, huyen.
    El calor interfiere un río, río calmadamente corriendo
    tras la razón, la sonrisa, el infierno que
    como el galopar inconsciente de un lejano anochecer,
    invade intangibles momentos y vacíos…
    Los lobos, corren, aúllan, reclaman esa noche perdida
    perdida entre hombres y cenizas, entre la humanidad
    convertida en llanto, lluvia de cal y grisácea ceniza.
    Oh inconsciente trepidar de latidos, circulantes aires
    y ojos claros, llorad, transformad esa sustancia fría,
    y escondida y secreteos tras los matorrales, en el líquido,
    ríos cálidos, llenos de lo humano, que tú, infinito
    abismo, abriéndose en un fugaz reflejo dentro del
    indomable ojo que tienes, que tú,
    llamas lágrimas…

    No olvidaré la feroz alegría que sacudió mi cuerpo;
    cuando al fin, tras la eterna espera por la lluvia en mayo,
    lloraste… y nuevamente alimentaste una salamandra en mí…
    la salamandra muerde su cola, renace en sí mismo.

  • Causalidad

    Ensayo

    tema: causalidad
    fecha: 01:30/24/06/99/XX
    fecha de entrega: 08:25/24/06/99/XX
    asignatura: literatura contemporánea
    docente: Victoria López
    curso: 3ªM C
    discente: Yongho Kim

    La causa, la verdadera causa o razón, no existe.

    ¿Qué es realmente una causa de cualquier fenómeno, por ejemplo, la lluvia? La lluvia ocurre porque el agua había evaporado previamente? Al afirmar esto, se da a entender que hay una cadena secreta que acciona el fenómeno llover cuando evapora el agua. Se suele entender causa en su sentido dentro del mundo moderno, el mundo fácil, sin razones fundamentales. ¿realmente se puede afirmar que la evaporación es causa de lluvia? Evidentemente, no, porque nos daremos cuenta que inconscientemente, tras observar que sin excepciones, la lluvia precede a la evaporación masiva de agua, inducimos que lo que antecede a un fenómeno es causa de ello. No, no es absolutamente confiable el método de la inducción, porque una sola observación contradictoria echa abajo la afirmación entera. Se debe entender causa como se entiende el amor, la verdad, la vida, la muerte, el espíritu; por sí mismo, como un concepto fundamental sin premisas, no como parte de una compleja lista de quehaceres necesarios para realizar un trabajo de observación científica.

    ¿Cuando un pájaro canta, ¿es porque está triste o alegre?

    Es posible concretar la causa cuando se le refiere en relación a otro concepto fundamental, en su máximo estado abstracto. La vida es causa de muerte. Lo que causa realmente la muerte, no es la enfermedad, ni la vejez, ni un disparo dado en pleno día mientras el tipo caminaba por la calle; es el hecho fundamental, el que esté vivo, la razón para que desde algún momento deje de estarlo. Desde este punto de vista, la causa es el contrario.

    Pero no. Se puede concluir igualmente que la causa de la muerte es la muerte misma,.porque la muerte está presente todo el tiempo durante el cual la muerte dura; igualmente, al cesar la muerte como causa, la muerte como efecto también cesa y lo mismo ocurre con el comenzar. Esta idea merece ser analizada más detalladamente. La causa de A es A. A existe desde que A existe, dura mientras A lo hace, y deja de existir cuando A hace lo mismo. Entonces, la causa del venir al colegio es venir al colegio, la causa del comer es comer, etc..? Por todos los dioses! Eso, a la luz del sentido común, suena ridículo.

    ¿existe una real causa?

    Y qué tal si combinase la primera y segunda hipótesis, combinándolos adecuadamente según convenga (dejando en oscuridad a medias el significado exacto de «según convenga») Es decir, utilizar la segunda hipótesis -del autorretrato- mientras parezca cuerdo, y complementar según parezca necesario con el uso del primero – la del contrario.

    Ninguna de éstas me parece una causa real. La última, del autorretrato, es la que me parece más convincente, pero lejos aún de la realidad. Un punto de quizás notoria importancia surge en la comparación de las tres hipótesis: mientras más abstracta es la hipótesis, más parece acercarse a ser verdad. Entonces me tiro y busco la abstracción en su expresión máxima. Es la nada. La nada es absolutamente abstracta, porque en realidad no existe (suprimo aquí la inútil discusión de si la nada existe o no).

    La causa, la verdadera causa o razón, no existe.

    Pero eso equivale a volverme loco, declarar que todo no tiene causa, que el mundo es completamente irracional (falta de razón o causa) y como yo soy parte del mundo, yo soy irracional; si yo soy irracional mis razonamientos pudieron perfectamente haber sido un capricho del caos, y no puedo siquiera afirmar que no existe causa verdadera, porque no tengo la razón. Aún soy demasiado joven como para que me encierren en el manicomio.

    Entonces, mezclo todo, acepto como posibles la causa científica, la contraria, la del autorretrato y la de la nada. Mi antología consiste en el uso apropiado de estos cuatro, empleados según me aconseje la intuición.

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