Autor: Yongho Kim 김용호

  • Reflejos de hojas coloreadas sobre aguas

    Dulzura. Chocolate. Tu suavidad arranca tristes aleteos
    contra corazones verdes, mentes frágiles e indecisas
    e ilumina los cielos, días de humedad líquida.
    ¡Blanca, cuán blanca ha de ser tu alma!
    Fragancia de tu verdoso relajamiento oleaginoso que
    derrite veintitrés begbhoas antes
    reflejos de impulsos contrariados,
    manos, sudorosos escriben en la oscuridad
    tanteando tu camino en penumbras y dulce,
    marea baja. Agua y viento.
    Un lago donde mi sombra crecía hasta transformarse
    en confusión de agua y viento,
    olas y aire, olas y tormentas, y comenzó…
    Diste inicio a violentas oscilaciones de puros cisnes
    voces grabados a luz y olas sobre huellas en el aire,
    manos que inútiles tanteaban las huellas.
    Aleteando y revolcándose, pidiendo la última piedad,
    aves de nombres desconocidas sumergidas en
    el único lago del mundo.
    La melodía de anoche remecía las horas caídas
    a través del saxofón. Nadie, sin músico.
    Después de todo, música es viento, tormenta, y
    las hojas no están bajo el lago.

  • Pacífico Sur

    Naturaleza nocturna – una tijuareta se acerca
    imitando cien bailes, danzas de hadas
    los cielos cantan, la perseguida llamada esperanza
    desespera. Recoge tres diminutas alas
    y vuela.

    Cosquillean los grillos mi amanecer sin nubes.
    Llueve. Escasas nieblas duermen bajo el encanto de hechiceros
    Magos ciegos. Vestidos en túnicas relampagueantes al crepúsculo.
    Están en pie bajo el prado gris. Llovizna moribunda sumerge junto a mil presentimientos.
    Mi ente… mientes.
    Quisiera subir hacia… no, no hacia arriba. Mientes. Los magos no ven ni pueden hablar.
    Florescentes son las barrocas guirnaldas – el oleaje avanza
    diminuta es la lluvia, ritardando,
    una fuga transparente, (Bach) ilumina el prado inalcanzable.

    El astro de todas las vidas surte luces bajo el aire.
    Las alas se llaman mentira, muerte y fantasía.
    Pero la lluvia cesa la esperanza cesa
    los magos no respiran no ven guardan mil historias
    y no hablan persiguen con su mirada irreal
    cómo la gota llamada fe desaparece bajo mi suelo pedregoso.
    El mar no perdona. Continuas olas golpean. No hay compasión hoy.

    La mañana invade una isla solitaria
    mi isla entre olas. Sin lluvia.
    Rapa nui.

    24/07

    19:30

  • 23/07

    El despertar nocturno derriba ramas de flores;
    marcha sobre asfaltos caducos por el otoño y brisas
    y derrama su aceite rojizo sobre tres faroles apagados.

    Primera chispa:
    ¡Ay de ti, lleno de riqueza, riqueza y riqueza!
    Tenebrosas profecías cubren tu interior,
    blancas son tus gritos, blancas, blanquísimas son
    giras sobre ti, escuchas movimientos invisibles,
    pero todo es en vano, una amapola morirá,
    será aplastada para bien de algunos. Brilla.

    Segunda chispa:
    Joya preciosa, las perlas mejores pierden
    su encanto ante tu gloria., magia entre dioses
    Cruzas tus brazos como serpientes gigantes
    mueven las bajas alturas del océano,
    y sueltas carcajadas traducidas en cajas
    repletas de caracoles y vida
    mistrio plano, luz y cielo.

    Tercera chispa, explosión.
    Gigante de las profundidades, suelta tu
    paz, esconde tu furia y arrójala por entre
    grietas y volcanes, emite aullidos como
    estrellas baten la débil superficie
    líquida. Explota. Explota.

    Y todo se volvió luz y
    todo se volvió silencio y nada.

    23/07
    17:10

  • 05/07

    La mirada penetra el alma y deja huellas por el resto de la vida. Qué dicha, si pudiera internarme en tus ojos claros como esta mañana transparente, colores animosos mezclados con hojas jóvenes. Qué dicha si pudiese vivir constantemente en el mundo oculto tras ambos pupilas, puertas que comunican esta realidad con la tuya. Si cada mirada fuese una paloma blanca, cada ojo un cielo dorado para llenar de aves exóticas ese techo celeste, cada alma una isla del mar del sur al cual los pájaros emigran; sería como vivir de brillos ópticos, sería nadar embargado de belleza y esperanza.

    Cuántas veces, como queriendo marcar un pasaje memorable de alguna exquisita historia, he grabado en mi mente páginas abiertas, momentos increíbles que hacen del diario sobrevivir el paraíso terrenal. Así como cuando se besa el instante no se olvida nunca, ese pedazo de recuerdo que el espíritu guarda taimadamente, las capas de las estaciones se sobreponen y van quedando… así quisiera traer también hechos, objetos y recuerdos que me inspiren a escribir o cantar, antes de volar por esas dos puertas. Atesorar eternamente el gozo y la magia que hay en ver una pálida mariposa pasar de flor en flor, la calidez de una mano en días de congoja y lluvias; el sentir que soy humano, que viene al abrazar a mi hermano aun en medio de rabia y descontento. Entrar por las dos puertas y quedarme allí encerrado, irremediablemente encerrado, disfrutando el paraíso que no habrá dos veces – entonces moriré, no tendría más cosas que disfrutar sobre la tierra.

    05/07
    08:40

  • 04/07

    Árboles verdes. Picaflor. Cielo blanco y aires luminosos. Cuánto me agradas, antigua tierra transoceánica, emanas leche y miel. Pájaros y niños corren y juguetean, corren a ver un sol tuyo, astro rojo y amarillo. Cuidadosa brisa acaricia mis pies y rostro, exprime de tí perfume y cálida atmósfera, y cantan los pájaros. Montes cubiertos de árboles, árboles y hojas verdes, esconden tu desnudez, ocultan tu hermosura al cielo opalino y nubes.
    Las nubes abren tu sol, tu sol único, irradiando mar y luna sobre niños, hombre y mujeres. Las personas cultivan tu piel, erizada, curtida, y bien nutrida, fértil retrato de los días buenos. Raíz y arroz saltan a la vista, reflejos de paz campesina y alegría y sudor diario – larga vida y bendición divina, tierra.

    04/07
    07:20

  • 04/07

    Abrásame, estrella del oeste, abrásame con noche y fuego.
    Leña húmeda eres, cálido vapor y humo desprenden tus labios.
    Los cipreses bendicen tu invención, maquinación tuya soy.
    Abrásame con brazos de vino e incienso
    con aroma embriagador y vuelo de palomas.
    Cuánto necesito ver tu sombra sobre mí, recuerdos mil durante
    taimados gritos, anhelos inextinguibles, cuánto quiero dar paisajes
    enblanquecidas, plenos de desconocido arrollo y brasa verde claro.
    Qué corto es una vida, deseo matar
    mi llanto en tus palabras de hierro y miel
    y olvidar tus ojos, que eres bellísima,
    en el balde fermentado que me ofrezcas – tu abrazo de noche y fuego.

    04/07
    21:55